Digámosle que sentir celos es una especie de lenta agonía, duele todo lo que pasa en la relación, todo lo que ves y sobretodo todo lo que te imaginas. Por lo general, en una acción errónea, intentamos meternos en la vida de la otra persona y al no poder lograr eso, terminamos lastimándonos aún más. Lo peor que podemos sacar de los celos es el dolor que nos produce, nos pasamos la mayor parte del tiempo pendiente de la otra persona, viendo sus movimientos, buscando encontrar algo que nos dé la “prueba ”que confirme nuestras sospechas. Por otro lado nos olvidamos de vivir nuestra vida, de disfrutarnos a nosotros mismos, de cuidarnos, valorarnos y por sobre todo, respetarnos y asi el ciclo de infelicidad se perpetúa.
Seamos realistas, los celos surgen, en algún momento todos hemos sentido celos en nuestras relaciones amorosas, laborales e incluso pudimos haber sentido celos en alguna amistad. Esta emoción puede ser considerada normal en pequeñas dosis, toda vez que la persona que lo siente no llegue a perder control de sus acciones. Esta emoción puede ser altamente perturbadora, ya que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera de su propiedad.
¿Que son los celos?
Básicamente la emoción se inicia en la niñez. No pienses en relacionar los celos exclusivamente con una relación de pareja,al nacer y a medida que van creciendo los niños, sienten un apego creciente hacia los padres, quieren ser los únicos dueños de sus atenciones y ese temor a perder el cuidado es la primera manifestación de la emoción llamada celo. Así que sentimos celos de todo aquello que pueda robar la atención de nuestro cuidador. Los celos, por lo general se muestran más en las relaciones sentimentales y son manifestaciones emocionales de temor o inseguridad que siente una persona cuando siente la amenaza de que su pareja pueda estar interesada en otra persona. Pero el celo no sólo se siente en las parejas, esta emoción puede manifestarse en distintos ámbitos de la vida. También se puede conocer así al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona
El exceso de celos, lo único que hace en ti es dejar en evidencia que tienes un cierto estado de inseguridad, porque no eres capaz de construir tu propio camino. Mirar la vida ajena puede ayudarte como ejemplo para mejorar la tuya, pero centrarte todo el tiempo en eso, buscando y deseando con tanta facilidad lo que la otra persona consiguió con tanto sacrificio, no es lo correcto, a ti no te hará ningún bien.
Celos normales y patológicos
Considerando el punto que habíamos mencionado más arriba, los celos son emociones naturales, ya que todas las personas las traemos al nacer y ese apego hacia los padres puede ser sustituido en distintos ámbitos de la vida a medida que vayamos creciendo. Por ejemplo en la escuela podemos sentirnos celosos si hay otro alumno que entretiene a esa maestra tan cariñosa, o podemos sentir apego por un amigo a quien consideramos el mejor y no queremos compartirlo con nadie. Así podemos ir de manera sucesiva hasta llegar a esa persona que se convierte en nuestra pareja.
Es algo natural si vemos del lado que así mismo podemos sentir tristeza, enfado, ansiedad o miedo cuando vemos que por algún motivo ya no atraemos la atención de esa persona con quien nos hemos apegado sentimentalmente. Por lo tanto, eso deriva en una inseguridad psicológica hacia esa persona. Básicamente los celos sanos consisten en la preocupación por la pérdida de una persona amada o por ciertas envidias que podamos tener del éxito ajeno. Se considera como sano, ya que sucede en la mayor parte de la población. Los celos no son patológicos cuando, existiendo motivo para sentirlos, pensamos de manera racional y no perdemos el control de nuestras acciones.
Sin embargo, podemos decir que los celos terminan convirtiéndose en algo patológico, cuando queremos imponer nuestros deseos o cuando surge la violencia de por medio, cuando queremos conservar nuestra pareja a cualquier precio o cuando no medimos la gravedad de lo que hacemos con la frase “si no es mio no es de nadie”. Lo celos patológicos pueden ser considerados como una enfermedad porque es del tipo que puede obsesionar tanto a una persona, que termina repercutiendo negativamente en sus sentimientos y en su comportamiento. No sólo eso, sino que también viene acompañado de sentimientos de inseguridad, hostilidad y depresión. Por lo general terminan dañando a la relación. La diferencia de un celo patológico y celo normal, por llamarlo de alguna manera, es que en el primero exigen y prácticamente obligan a su pareja a no involucrarse emocionalmente con otras personas, sin importar el tipo de relación que sea.
Los celos pueden ser una perdida de tiempo.
Hablar de los celos es algo sumamente complejo, primeramente puede sonar como mucho amor hacia alguien o hacia algo, puede ser saludable o incluso verse romántico si se aplica en pequeñas dosis, sin embargo, la exageración puede afectar de gran manera tanto al celoso como a la víctima de los celos.
Los celos, desde un punto de vista particular, pueden considerarse como una pérdida de tiempo. Una persona celosa puede actuar en base a experiencias que ha tenido anteriormente, esto por ejemplo implica perder el tiempo dejando volar la imaginación, ideando una escena de lo que puede estar ocurriendo y no estas dándote cuenta. Con una mirada un poco más profunda, podríamos encontrar que detrás de este problema existen: Una baja autoestima; dificultad para valorarse a sí mismo; pérdidas afectivas en la infancia ocasionadas por padres poco valorativos, pero muy exigentes y críticos; patrones afectivos mal aprendidos o poco útiles para seguir.
Los celos pueden dejarse atrás consultando con profesionales en el área y ejerciendo el auto conocimiento y auto control. Por eso es importante, dedicar mucho tiempo a la comunicación, habla abiertamente con la pareja. Lo importante en esto es no perder el tiempo en celos, sino más bien invertirlo en construir una relación fuerte. Normalmente los selos puede sern considerados una muestra de amor, pero la verdad es que sólo sirven para hacernos mal y afectarnos incluso con la sociedad. Así que no pierdas tiempo enfocándote en lo que haga el resto, planea tú tus reglas, tu modo de vivir y pelea por objetivos que de verdad quieres alcanzar.