Es cierto que en el amor muchas cosas resultan aplicables, pero sin duda, para evitar sufrimientos, será necesario encontrar el equilibrio que le permita a ambas partes sentirse cómodas con respecto a la posición que ocupan en la vida de la otra persona.
No será relevante si nos tienen reservado un lugar en el corazón, en la piel o inclusive en una cama, si coincide con el lugar que nosotros tenemos reservado para esa persona, pero cuando nosotros esperamos más, queremos más y demandamos más de lo que el otro está dispuesto a ofrecernos, se generará una sensación de frustración y de vacío, que solo desencadenará en sufrimiento.
Es cierto que no podemos obligar a nadie a tener sentimientos específicos hacia nosotros, pero sin duda podemos decidir qué hacer al respecto. Cuando alguien no nos quiere de la manera que nos gustaría, tendremos siempre varias opciones: apartarnos y buscar lo que queremos en nuestras vidas, manejar nuestros sentimientos y adaptarnos a una realidad a sabiendas de que la entrega probablemente no nos conducirá por un camino sencillo o bien, obviar lo que representamos en la vida de la otra persona y sencillamente sentir la gratificación de dar exactamente lo que queremos.
De las opciones mencionadas probablemente la que se alinee más con la conservación de nuestro bienestar será alejarnos, será reconocer nuestro valor y contar con que seguramente otra persona esté dispuesta a aportarnos en la vida lo que creemos merecer o sencillamente que un periodo de soledad puede ser mucho más enriquecedor y satisfactorio que una relación que no nos llena.
Tener relaciones irrelevantes, que constituyen solo una pasada de tiempo también es válido, disfrutar de una persona sin el compromiso que una relación conlleva es muchas veces interesante y resulta altamente atractivo para quienes buscan alejarse de lo complicadas que pueden ser las relaciones que llevan consigo la intención de perdurar en el tiempo. Sin embargo, cuando ésta no es la intención de las dos partes involucradas, sino de una sola de las personas, mientras que la otra persona está buscando algo más, sencillamente se pierde el sentido.
Sea cual sea el tipo de relación que decidas para tu vida, asegúrate de que te haga feliz. Opta por relaciones que te saquen sonrisas, que te hagan vibrar, que te quiten el sueño de vez en cuando y quizás entre besos te despierten. Contempla que las cosas no tienen que ser para siempre, pero que mientras duren deben ajustarse a lo que te mereces y quieres en la vida.
Solo tú tienes el poder de decidir a qué le das entrada en tu vida, tienes infinitas opciones, escoge con los criterios adecuados y siempre escucha a tu corazón, que procura ubicarte siempre donde y con quien debes estar.