Aunque nos cueste asumirlo nuestra pareja es una proyección de nosotros mismos, de cómo nos tratamos, de lo que en realidad nos amamos y nos permitimos y de las creencias que en lo más profundo tenemos sobre nosotros. Si yo no soy capaz de amarme y me maltrato no seré capaz de atraer una pareja que me ame y si lo hace no estaré en condiciones de poder aceptarlo. Cuando yo creo que no valgo es lo que estoy transmitiendo al otro y éste actuará en consecuencia.
A veces llegamos a la pareja procedentes de relaciones anteriores que no se cerraron correctamente, arrastramos ira, dolor, resentimiento, deseos de venganza, etc. Esto afectará gravemente a la nueva relación. Hay que dar el lugar correcto a la pareja anterior y a los hijos si los hubiere.
Los Órdenes del Amor descubiertos por Bert Hellinger establecen las bases para la correcta relación en la pareja. Estar en sintonía con estos órdenes significa establecer en el nuevo sistema el orden correcto, la adecuada pertenencia y el buen dar y recibir. La felicidad y el amor fluyen.

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