No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos

Una persona inteligente analiza en detalle todas y cada una de las situaciones a las que debe enfrentarse en el transcurso de su vida. Y, en este caso, el corazón no es ajeno a la razón. Un ser inteligente, comúnmente piensa en lo difícil que resulta ser el amor o el estar enamorado. Observa y mide cuidadosamente lo bueno y lo malo que este estado pueda dejar. Es decir, alguien con un alto coeficiente intelectual, sin duda, razona y mide mucho más sus emociones antes de decidir empezar una relación o enamorarse.

Empecemos por definir inteligencia

Según Mainstream Science on Intelligence, declaración pública emitida por un grupo de investigadores en campos asociados a las pruebas de inteligencia, la define como una capacidad mental que implica la habilidad de razonar, planear, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápidamente y aprender de la experiencia. Es en sí, la capacidad de comprender nuestro entorno.

Esta capacidad, además, es fortalecida por cualidades específicas que caracterizan a la persona. Ligado a factores sociales y de personalidad tales como: extraversión, autoestima, optimismo, asertividad.

Hacia 1990, Mayer Caruso, profesor de la Universidad de New Hamsphire, y Peter Salowey, rector y profesor de la Universidad de Yale, en su modelo de inteligencia emocional, dijeron que las personas inteligentes poseen y desarrollan aún más las siguientes cuatro habilidades:

Percepción emocional

Esta, es la habilidad para identificar y reconocer tanto los propios sentimientos como los de aquellos que te rodean. Implica prestar atención con precisión en las señales emocionales. La expresión facial, movimientos corporales y tono de voz.

Supongamos entonces que estás empezando a conocer a alguien. Esta otra persona te atrae mucho y crees que puede ser posible el inicio de una relación ya que analizas las expresiones percibidas. ¿Cómo estás actuando y en qué te fijas antes de decidir iniciar el compromiso que conlleva tener pareja? ¿Actúas con prudencia y te enfocas en los gestos, señales, olores, y formas de expresarse en general de esa otra persona? o, ¿te dejas llevar por las emociones sin ahondar en estos detalles?

Si eres de los que se detiene a analizar lo percibido, no significa que seas complicado o quisquilloso. Por el contrario, esto infiere que tu nivel de inteligencia en relación con tu percepción emocional se encuentra más desarrollada. Lo que te permite ser un poco más cauto antes de darle el sí al inicio de una relación afectiva.

Asimilación o facilitación emocional

Habilidad que implica tener en cuenta los sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas. Se centra en cómo nuestros estados de ánimo ayudan en la toma de decisiones.

Ahora, deja un minuto lo que estés haciendo y analiza lo siguiente. Tu relación no está pasando por el mejor momento, la comunicación se ha tornado un poco tensa debido a que los horarios de ambos discrepan para compartir como pareja. Una mañana normal, él está en la ducha y su celular suena. Llega un mensaje de un número sin guardar, en el que dice: “Recuerda nuestra cita en la noche. Un abrazo”.

Teniendo en cuenta la situación planteada, ¿cómo actuarías si encontraras este mensaje? ¿Reaccionarías dejándote llevar por tus impulsos frente a una situación o justificación que aún no conoces en profundidad? o, ¿esperas el momento que consideres adecuado para confrontarlo y poder despejar esa inquietud que te agobia?

Una persona inteligente no permite que el estado de ánimo o la situación por la que esté pasando, afecte y genere como resultado, consecuencias de las cuales te puedas arrepentir. Tú, ¿siempre reaccionas en caliente? o, ¿te tomas el trabajo de analizar lo bueno o lo malo de actuar en cierta situación?

Comprensión emocional

El desarrollo de esta habilidad consiste en saber ubicar de forma casi que categórica las emociones y sensaciones percibidas. Usualmente tendemos a confundir sentimientos, expresiones, emociones. Esto se hace casi que involuntariamente. Y, sin duda, dependiendo de la situación, puede generar un conflicto.

Imagina que estás compartiendo por primera vez con los amigos de la persona con la que estás saliendo. En un momento de risas, ella frunce el ceño pero en menos de dos segundos continúa normal. Si esto te pasara, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? ¿Que no está cómoda con tus comentarios o con tu presencia? o, ¿antes de sacar conclusiones prefieres esperar a que estén a solas y preguntarle qué pasaba por su cabeza en ese momento?

Tal vez fue un gesto involuntario, o mejor aún, no te estaba dirigiendo la mirada a ti.

Es decir, en un caso como el anterior, una persona inteligente analiza la situación y puede determinar si esa reacción se da como respuesta de desaprobación o simplemente fue un pensamiento ajeno a la situación. Tómate una pausa y evalúa cómo estás frente al desarrollo de esta habilidad.

Regulación emocional

Es la habilidad más compleja que compone la inteligencia emocional. Esta incluye la capacidad para estar abierto a los sentimientos, tanto positivos como negativos. Reflexionar sobre los mismos para aprovechar o descartar la información que viene con ellos y la función que le podemos dar.

Continuando con el ejemplo anterior y suponiendo que ella frunció el ceño en esa ocasión porque en realidad no le gustó un comentario que sin intención alguna hiciste. ¿Cómo aprovechas esa situación para absorber lo bueno y lo malo de la misma? ¿Intensificas tu análisis basándote exclusivamente en la expresión que recibiste de su parte? o, ¿la ves como una enseñanza en la que sin duda conoces un poco más de ella, su forma de pensar y su forma de expresarse? Vale la pena hacer este interesante análisis, ¿verdad?

Si estás en una relación de pareja, evidentemente estás más expuesto a involucrar tus sentimientos en la toma de decisiones y en la forma en la que te perciben los demás. Pero, una persona emocionalmente inteligente, pone un límite entre sus estados de ánimos y su forma de razonar. Además, analiza y hace uso de las experiencias que ha dejado el amor o relaciones de pareja pasadas. Tiene la capacidad de agrupar esos sentimientos, categorizándolos y sacando provecho de todo lo que viene con ellos. Tú, como un ser inteligente emocional, debes estar abierto siempre a los sentimientos buenos y malos e identificar casi que inmediatamente el uso y función que le puedes dar.

Debido a las habilidades emocionales descritas anteriormente, es posible inferir que las personas emocionalmente inteligentes no es que sean o parezcan estar siempre reacias a los temas ligados al amor. Que no siempre buscan evitar verse débiles o que simplemente son fríos de corazón. Lo que sucede realmente, es que evalúan las señales, analizan las situaciones basados en la razón y no en la emoción. Organizan esos sentimientos identificados y hacen uso tanto de lo positivo como de lo negativo de los mismos.

¿Te consideras una persona emocionalmente inteligente?

Pregúntate lo siguiente…

¿Cuál es la razón principal que se te viene a la mente cuando te preguntan el motivo por el que llevas un buen tiempo solo o sola? Probablemente las primeras opciones de respuesta serían algunas como: “ahora no tengo en mis planes estar con alguien” o “es que no le gusto a nadie”. ¿Verdad? Pero, se podría estar ignorando una razón fundamental para darle respuesta a ese interrogante: tu inteligencia. Esta, es esencial para incrementar el rendimiento profesional y tu bienestar personal. Lo que permite un crecimiento y mejora en los seres humanos.

¿Hace cuánto no crees sentirte enamorado? ¿Normalmente evalúas tus sentimientos hacia otros? ¿Prestas bastante atención a lo que sientes y a lo que ven en ti? ¿Aprecias y valoras tu soledad?

Si tu respuesta a la primera pregunta fue “hace mucho tiempo”, y hubo en SÍ como respuesta a los siguientes interrogantes, no significa que eres un desafortunado en el amor y que eres ajeno o ajena a las relaciones afectivas, y mucho menos, que no eres lo suficientemente atractivo o atractiva como para que alguien decida iniciar una relación amorosa contigo.

Por el contrario, tu respuesta te dará una guía para identificar tu nivel de inteligencia y cómo el índice de esta puede estar arrebatándote tu vida amorosa. ¿Por qué? Porque las personas inteligentes son más cautelosas, prudentes, sensatas y reflexivas, y meditan en sus relaciones pasadas. Esto, antes de entregar su corazón y de tomar la decisión de iniciar una relación.

Una persona inteligente suele tener menos cercanía o familiaridad en el amor, pero no porque sean egoístas o duras de corazón. Es más, son incomprendidas, ya que su concepto de amor se basa en experiencias reales y no en ningún estereotipo de vida perfecta.

Características de las personas emocionalmente inteligentes

  • Valoran más sus espacios, su independencia, su libertad.
  • Profundizan en sus pensamientos y decisiones.
  • Analizan sobre sus relaciones pasadas, lo positivo y lo negativo de estas.
  • No se cegan o se dejan llevar fácilmente por las emociones
    Estas características específicas las lleva directamente a alejarse de forma significativa de la vida emocional y afectiva. Lo que no es igual a que quieran quedarse solas por el resto de sus vidas. Solo evalúan y esperan el momento adecuado para enamorarse completamente. ¿Por qué? Porque aquellos emocionalmente inteligentes no quieren cargar consigo un robusto historial amoroso cargado de experiencias negativas, no buscan caer en esa necesidad imperante de hacer más denso ese análisis de vida amorosa.

Por el contrario, quieren y se concentran en encontrar a esa pareja ideal, ese complemento que permita el goce pleno y el desarrollo, tanto de su vida profesional y personal. Aunque para ellos, el “encontrar el amor de su vida” no llegue tan rápido como en los demás. Posiblemente el decir: “estoy enamorado”, será una vez estén completamente seguro de estarlos.

Y tú, ¿consideras que tu inteligencia te está arrebatando tu vida amorosa?

También le puede gustar...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *