¿Alguna vez te has preguntado por qué el otro no te valora? ¿Por qué el otro es incapaz de valorar todo lo que haces? Aprender a valorarse es algo que tiene que empezar por ti. Puede que sí, de pronto, te choque esto que te digo, pues llevas demasiado tiempo mirando a tu pareja y te has olvidado de mirar hacia ti.
Te digo que todos los días es un buen día para ponerte en primer lugar. No es ser egocéntrico, me refiero únicamente al propósito de valorarse; primero, ámate tú; después, al resto del planeta. Porque si tú no lo haces, la gente consumirá toda tu energía. Se robarán tus años, tus fuerzas y tu alma. Y un día no muy lejos sentirás que a nadie le importas, que todos te usaron y que al final todos te dejaron.
Puede ser que el otro no te valore pero eso a ti te debe dar absolutamente lo mismo. Cuando aprendas a amarte y valorarte lo que otros piensen de ti: cómo te vistes, cómo hablas, cómo actúas, debe tenerte sin cuidado, pues es importante entender que cada persona tiene su manera de valorar las cosas y lo que para unas personas es muy valioso, para otras no lo es tanto.
Recuerda: el amor propio es clave para ser feliz. Por eso la primera persona en tu lista para cuidar y proteger eres tú. Incluso, no soy el primero en decirlo, eso lo dijo Jesús como mandamiento: “Ama a Dios sobre todas las cosa y a tu prójimo como a ti mismo”. O sea, tu primer amor en la tierra tienes que ser tú.
No hay mucho misterio… mientras tú no te ames, nadie lo hará por ti. Deja de perder el tiempo buscando quien te ame y comienza a apreciar quién eres, admirar tus cosas buenas. Supera tus errores y a amarte con locura. Porque el único amor que te durará para siempre, aparte del amor de Dios, es tu amor propio.
No olvides que tú superaste todo. Mucho sufrimiento, mucha necesidad y tanta tristeza. Pero nada en esta vida te pudo destruir, porque sobreviviste a todo. Y hoy eres fuerte, resistente e indomable. Hasta el universo se enteró que tú no sabes rendirte. Porque si tú no te amas… nadie lo hará por ti. Ponte en primer lugar. Ámate con locura. Fluye con la vida. Y sé feliz porque esa es la única manera como puedes invadir de amor y alegría a todo los que te rodean.
