Absoluta verdad. Yo crecí en un hogar sin papá. Y mi madre hizo todo por nosotros. Y sacó su familia adelante. Lee, reflexiona, y sigue adelante. Tú también lo harás!

Las mujeres gozamos del privilegio de ser capaces de traer vida al mundo. Desde esta posición de prestigio, estamos dotadas de alguna magia que nos sostiene en pie y como fuerza centrífuga nos empuja a sacar adelante a nuestros hijos a como dé lugar: el amor de madre. No importa cuál fue tu circunstancia, el mundo sigue y no estarás sola nunca más, alguien depende de ti. Aprenderás a caminar sobre el ripio del trayecto y harás felices a tus niños.

1. Sólo se madre, no ocupes el rol ausente

Es frecuente escuchar frases como: “es madre y padre a la vez”. No creas en eso, es un error, se mucha madre, pero no intentes ocupar un rol que no fue hecho para ti y deja que tu hijo procese emocionalmente la ausencia del padre.

Permíteles a tus hijos que acepten esa ausencia y proporciónales las herramientas para desarrollar su vida en tales circunstancias. Conoce en esta etapa tus fortalezas desde tu lugar de madre para construir y crecer juntos. No les transfieras tus pensamientos ni tus preconceptos sobre su padre, al que no ven o no conoce, y tal vez los frecuentan ocasionalmente, deja que ellos elaboren su propia experiencia con ese padre ausente desde su perspectiva. Lograrás que el pequeño despliegue su autoestima.

2. Como trabajar el miedo al abandono

Es normal que los niños que crecen sin padre desarrollen ciertos temores como el miedo a ser abandonados. Para los niños estas secuelas no son fáciles de asimilar y terminan exteriorizando su sentir más profundo por el canal de la agresividad y el aislamiento. Se vuelven o introvertidos o agresivos con su entorno más cercano.

Ten presente que este cambio de actitud responde a un estado de su situación emotiva. Ellos no tienen aún la suficiente madurez para afrontar algunas situaciones y emiten mensajes a través de su comportamiento.

Cuéntales que si no estás con su padre es por el bien de todos y hazles entender que no es su culpa. Arranca de su interior esa carga que puede llegar a ser muy pesada.

3. El vacío emocional

Ante la ausencia, la imagen de familia convencional para ellos está desvirtuada. Aunque cuenten con todo tu cariño, ellos cuestionarán por qué no tienen padre. Muchas veces esto les genera un vacío emocional, suponen que no son importantes para él.

Tus hijos tienen que sentir lo importantes que son para ti, y que la ausencia del padre no es su culpa. El mejor camino para ampararlos en este estado de angustia es demostrándoles cuánto los amas y dedícales tiempo de calidad. Quizás por ser madre soltera puedas tener muchas tareas que te impidan compartir más tiempo con ellos, entonces, haz que cada momento que pases junto a tus hijos sean maravillosos.

4. La dificultad ante las relaciones de afecto

Es una instancia a la que se llega después de transcurrido un tiempo. No es una regla constante, pero puede darse el caso de que la ausencia del padre repercuta en sus futuras relaciones amorosas. Es probable que por miedo al abandono intenten llenar el vacío emocional con relaciones afectivas, pero ese miedo no les permite encontrar ese equilibrio, acaban por asfixiar a su pareja y la relación se termina en poco tiempo. En otros casos, por el contrario, prefieren vivir en el desapego ante el miedo de salir lastimados.

Es importante que si comienzas a ver estos síntomas de temores recurrentes, ya desde pequeños, recurras a la ayuda profesional para apoyarlos adecuadamente.

5. El amor como aprendizaje constante

La paz interior de tus hijos y su capacidad de amar la construyes tú junto a ellos constantemente, sin sosiego. Si les ofreces amor, de ellos recibirás amor, siempre será recíproco. Súmale el respeto y la confianza, todos sentimientos que no se imponen, simplemente se construyen “dando” con el tiempo, con la convivencia y el buen trato que les des a tus hijos. No creas en la frase “él sabe que lo amo”, porque ellos necesitan que se los demuestres. Diles que los amas con frecuencia, abrázalos, bésalos, que tu afecto sea infinito y permanente.

Recuerda que las palabras dulces aumentan la autoestima de los hijos, ayudan a generar un apego emocional saludable.

6. Dale tu voto de confianza

No creer en su palabra puede acarrearte problemas. Piensa que vive una situación especial y que necesita tu constante atención. No descreas de ellos, ni les hagas sentir que nunca tienen razón o que están siempre mintiendo. Por el contrario, aprende a ejercitar la paciencia e identifica las situaciones complejas.

Permite que se dirija a ti, escúchalo. Deja tus quehaceres y atiende lo que quiere contarte. No importa lo pequeño de su inconveniente, ellos necesitan que los mires a los ojos y los escuches en silencio. Les abrirás las puertas de una confianza plena.

7. Identifica las diferencias de tus hijos

No todos tus hijos son iguales. Unos asimilarán la ausencia con menos complicación, otros llevarán con más pesar su circunstancia. No cometas el error de Ignorar que cada uno tiene su propia personalidad. No todos tus hijos pueden sobreponerse a las adversidades de la misma manera, entonces, es necesario considerar aquello que hace a tus pequeños diferentes.
Entiende que debes aprender a identificar el carácter y las reacciones de cada uno de ellos. Atiende sus respuestas ante las circunstancias de la vida, obsérvalos, escúchalos y sabrás de qué manera trabajar con cada uno el dilema de la ausencia.

Confía en tu instinto maternal y conéctate con tus hijos. Inspírales el amor más profundo y lograrás que la ausencia paterna no sea un trauma, sino una circunstancia diferente en la vida de esa familia que tú estás construyendo día a día, y aprenderán juntos a ser felices.

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