Temo reír y temo llorar, temo amar y ansío odiar, los días son ciegos y las noches dilucidan la verdad, que mi corazón no puede entender.

Las horas en el insomnio son tan insoportables, como los recuerdos que roban los segundos para soñar.

Y aunque trato de construir un futuro siempre tropiezo en el presente.

No me aferro a la compañía, pues en Soledad he vivido, Y aunque trato de ser paciente, sólo engaño a mi presente.

Y sin embargo no entiendo porque si detesto tanto la ironía agachó la cabeza cada día, Y consumo…consumo el desprecio .

No quiero vivir derramando lágrimas para revivir las cosechas muertas, prefiero ahogarme en el silencio que combatir con insistencia la terquedad y soberbia de la tiranía, que agoniza segundo a segundo hasta perderse del olvido.

Me he aferrado con insistencia a resolver el enigma de un corazón vacío que sólo busca desafiar para cubrir sus carencias.

Y no sé si mi corazón tenga decencia o se sienta tan incapaz, para hablar con la verdad y hacerle entender al pensamiento que de amor no se vive y que de a poco la vida se consume,Y que al final uno se muere solo, sin nada material que llevarse, ni sentimientos que se compartan.

Entonces sabiendo la dureza del corazón, porque perseguir un sueño frustrado que sólo genera ilusión cuando su lado se demuestra vulnerable e ingenuo, y me lleva al infierno donde no existe lo apasionado.

Sigo viviendo en la dualidad entre el amor y el odio , sólo por conocer la compañía, por no perderme la sinfonía, delicado silencio que retumba en mis pensamientos y me aleja de mí realidad.

-Colaboración de nuestra amiga Paola García

También le puede gustar...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *