Es común escuchar historias de mujeres a las que sus esposos les fueron infieles. Son tristes y llenas de decepción, como es de suponer. Pero me pregunto: ¿cuántos se han detenido a escuchar la otra versión? Hablo de lo que dice la amante.
Si nos ponemos a pensar en las historias que nos vende el cine, la amante es una mujer atractiva, liberal y con pocos escrúpulos, casi sin sentimientos como para andar con un hombre casado. ¿Cuál es la realidad? La amante es una mujer común, con sentimientos, con ideales y con mucha o demasiada paciencia para esperar siempre que su pareja prohibida tenga tiempo para ella.
Cuando hablamos de “los amantes” pensamos que es algo malo por el daño que hacen a las familias, pero ¿has pensado en el perjuicio que hace a la persona que asume ese papel? Hoy quiero compartirte una serie de reflexiones sobre por qué NUNCA debes aceptar ser el o la amante. Puede ser una fantasía que terminará destruyéndote la vida.
Es probable que los problemas en una pareja orillen a uno de los dos a buscar consuelo, pero ¿por qué no solucionarlos antes de salir con otro? ¿O por qué te conformarías con menos de lo que mereces?
Claro, todos queremos encontrar el amor, pero si esa persona tiene compromiso como noviazgo o matrimonio ya iniciamos mal, pues hablamos de alguien que no es capaz de afrontar sus problemas. De lo contrario no los evitaría, sino les pondría punto final.
La relación con alguien prohibido puede ser tentadora, toda una aventura: lo verás de vez en cuando y por el poco tiempo que tienen lo disfrutarán en grande; habrá detalles, algo de amor… pero podría terminar en cualquier momento, incluso cuando menos lo esperes.
Permíteme compartirte 7 razones por las que no debes convertirte en un o una amante:
1.- Siempre serás vista como el o la “rompe-hogares”
Si tu pareja termina su relación para estar contigo todos te culparán por haberle alejado de su ex y de sus hijos, si los tenían. Sentirán que le orillaste a terminar su antigua relación y no entenderán que el problema era de ellos, no tuyo. Su familia y sus amigos podrían rechazarte.
2.- Siempre tendrá poco tiempo para ti
Olvídate de pasar aniversarios, cumpleaños o algunas vacaciones juntos. Como tu relación es algo prohibido, no permitirá que los vean juntos y que alguien alerte a su pareja; se avergonzará de ti.
3.- Puede ser una promesa sin cumplir
Te pondrá mil pretextos para justificar que no puede dejar a su pareja. La estabilidad económica, los hijos, la casa… Te dirá que no le quiere dar el divorcio, pero eso no es verdad. No le deja porque no quiere.
4.- Te pueden dejar de un día a otro.
Imagínate que la pareja descubra su relación contigo. Algunas perdonan, él o ella dirá que fue un error, que realmente no te amaba, que no sabía en qué estaba pensando, te hará ver como el malo o la mala y su pareja hasta puede buscarte para reclamarte, golpearte o algo peor.
5.- Las verdaderas relaciones no son perfectas
Sí, el tiempo que pasan es increíble porque sólo te toca ver su buena cara, su mejor humor. Pero sabes bien que eso no es una verdadera relación, esa persona no se compromete contigo realmente y vivirás en un espejismo.
6.- Vivirás con la culpa y el remordimiento.
Aunque quieras creer que todo está bien y que tendrás un final feliz, lo más seguro es que te conformes con lo que te da y que sufras en silencio, que llores en las noches en que no esté a tu lado y pienses en el daño que esta relación está causando a su familia.
7.- Te conformas con menos de lo que mereces.
¿Por qué conformarte con las sobras de una persona? Mereces que te dediquen el día entero, no sólo unas horas; alguien que te haga su prioridad, que camine a tu lado orgulloso u orgullosa de ti, que esté contigo en todo momento. En el amor tú decides cómo ser feliz, no permitas que nadie te limite por sus miedos e inseguridades.
Hay muchos motivos por los cuales podrías caer en una relación de éstas, pero siempre hay un momento para recapacitar, no por el daño que hagas a otros sino por el que te harás a ti. Ámate, no te conformes con menos de lo que deseas y necesitas.