La mayoría de nosotros, siendo medianamente responsables y entendiendo lo que un compromiso significa, siente al menos respeto al asumirlo. Sin embargo, algunas personas tienen una posición tan radical ante el compromiso que son capaces de sabotear su propia vida con tal de no sentir su libertad amenazada.

Un compromiso no tiene por qué tener implícito el carácter de obligatoriedad, pero sí debe nacer y asumirse desde el corazón.

El miedo al compromiso puede derivar de haber tomado decisiones con las cuales no se sintieron a gusto en su pasado y representaron para ellas una limitación en cuanto a lo que querían hacer con sus vidas.

Este tipo de personas buscan relacionarse de manera particular y hacer exactamente lo que les resulte cómodo, lo cual no necesariamente satisface a quien desee relacionarse con ellos. Suelen ser personas que velan tanto por lo que le genere tranquilidad y beneficio personal que pueden pasar por egoístas, por inmaduros emocionalmente y por carecer de capacidad empática.

El miedo está asociado a la perdida de algo, específicamente a poder hacer lo que quieran sin ningún tipo de control, sin tener que rendir explicaciones o aclarar alguna situación. Muchas veces por mantener tanta rigidez en su manera de afrontar las relaciones pueden generar desconfianza en sus parejas, pueden irrespetar cualquier relación o pueden sencillamente distanciarse.

Desean sentirse aceptados bajo sus condiciones, aunque estén conscientes de que no están brindando seguridad y paradójicamente esperan de sus relaciones la estabilidad y entrega que ellos no son capaces de ofrecer.

Les puede incomodar dar nombres a sus relaciones, raras veces son capaces de poder proyectarse a futuro y la mayoría de sus decisiones son tomadas sin considerar los efectos colaterales que afecten a otras personas.

Si queremos relacionarnos con una persona que teme perder su libertad, debemos estar preparados para ciertas cosas que pueden no resultar agradables, por ejemplo: puede que dentro de su afán por mantener su vida sin limitaciones cometan acciones solo para reafirmarse a sí mismos que no están perdiendo espacios en sus vidas.

Estas personas pueden ser bastante independientes a nivel emocional, dejando claro que no necesitan de nada que no provenga de ellos mismos, lo cual se encuentra en una peligrosa línea fronteriza entre el desinterés y el desapego. Vincularse sin apegos es la mejor manera de amar, de hecho es la única manera de amar realmente, porque se está con alguien más, por preferencia y no por necesidad. Sin embargo, en términos generales no coincide con el perfil de quienes tienen miedo al compromiso.

Evalúa qué estás buscando en tu relación de pareja y verifica si lo que estás recibiendo de la otra persona se adapta a lo que quieres en tu vida. Porque más allá de vivir el presente, todos esperamos que exista un futuro y si no se cuenta  con una buena disposición ante un mañana, por sentir que una relación es una limitación de lo que potencialmente podría ocurrir, es probable que conductas que atenten contra la relación estén permanentemente presentes.

Si en lo absoluto te incomoda cómo pueda afectar el miedo al compromiso de tu pareja, disfruta el momento, aprende de la independencia, ama sin predisposición y sé consciente de que muchas veces el miedo a perder espacios será superior a lo que tu pareja sienta por ti.

También le puede gustar...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *