Las relaciones son complicadas. Dos personas conviviendo es una tarea complicada donde a veces las opiniones diferentes pueden llevar a situaciones incómodas. La personalidad de cada uno, la posición de cada uno frente a los momentos más tensos y complicados, puede determinar la buena convivencia.

Por todos es sabido que para que una relación pueda funcionar no siempre se tiene que querer tener la razón, es necesario saber ceder, no ser excesivamente tercos en mantener la posición y la opinión de algo que puede ocasionar problemas en la relación. Pero, ¿qué pasa si una parte de la pareja no está de acuerdo con esta filosofía? En estos casos, los problemas aparecen y el día a día puede hacerse muy complicado.

¿Qué pasa si no puedes dejarlo?

Cuando la convivencia se vuelve incómoda, se producen situaciones muy complicadas. Huir es el primer impulso, acabar con una relación que se ha vuelto demasiado difícil y que aporta pocas satisfacciones. Pero a veces, esta no es una salida. Los hijos son una de las principales causas por las que se trata de mantener una relación que ya no funciona.

No querer causarles un daño psicológico es una razón importante para no romper con todo. También puede darse la situación de que se haya desarrollado una dependencia que ha terminado por anular a una de las partes de la pareja.

Algunas personas tienen una personalidad un tanto débil y por ello, no se sienten con fuerza para afrontar la vida en soledad, lejos de la persona con la que han compartido varios años de su vida.

Como consecuencia de ello, se viven situaciones que molestan, una rutina que se vuelve incómoda pero que parece imposible de romper. Existen algunos consejos que pueden ayudarte a soportar una situación de estas características para poder hacerla más llevadera.

Consejos para poder soportar una situación de estas características

Aunque la solución más radical sea romper la pareja, si se opta por mantener la unión por el motivo que sea, estos consejos pueden serte de utilidad para que sea más sencilla la convivencia.

Medita y no dejes que te hagan sentir mal.

La baja autoestima es generalmente una de las consecuencias de mantener una relación que molesta. Muchas personas tienden a culparse de la situación, generándose un profundo sentimiento de inferioridad con respecto a su pareja. Es importante que no permitas que la relación te deje en ese estado.

No eres menos que nadie, simplemente por circunstancias de la vida te has visto envuelta en una relación que no ha resultado ser como esperabas. Mantener tu personalidad, tus ganas de hacer cosas, de empezar cada día con mucha alegría y entusiasmo son las mejores claves para sobrellevar una situación de estas características.

Trata de superar tus miedos.

Muchas veces como consecuencia del día a día se generan miedos que se van alimentando con el paso del tiempo. Miedo a no ser suficiente, a no estar a la altura, etc., es importante no dejarse llevar por esos miedos que solamente conseguirán pararte y hacerte sentir mal.

Estas viviendo esa situación porque las cosas no han salido del todo bien, pero eso no significa que debas temer por nada. Eres capaz de todo y lo has demostrado durante toda tu vida y ahora, tomes la decisión que tomes, serás capaz de superarlo.

Mide tus palabras.

Una situación en la que una parte de la pareja no soporta el comportamiento de la otra puede ocasionar un gran número de discusiones y situaciones tensas. Aunque a veces sean inevitables, es importante tener el máximo cuidado para no hacer de la situación algo peor de lo que es.

Medir tus palabras antes de contestar a algo que te ha molestado, pensar si eso que te ha molestado se debe a que tu pareja te resulta poco llevadera o de verdad ha tenido una forma incorrecta de actuar, te ayudará a evitar alguna que otra discusión.

El mejor consejo para llevar esta situación es tratar de evitar todo lo posible peleas y discusiones que provocarían una situación todavía más difícil, que poco a poco se iría complicando todavía más llegando a ser insoportable. Piensa antes de actuar, medita antes de responder y evita las discusiones para hacer tu vida mucho más cómoda.

Trata de ser sincera.

Aunque la actitud de tu pareja te parezca insoportable muchas veces lo mejor que puedes hacer en todo momento es ser fiel a ti misma. Sé sincera, si algo es culpa tuya es tuya, no aproveches para echar la culpa por todo a tu pareja (aunque se lo merezca).

Lo mejor es que cada uno se haga responsable de sus culpas. Esto ayudará a evitar discusiones y a hacer que la convivencia sea mucho mejor y más tranquila.

Nunca huyas.

Una manera de que tu pareja no se haga el amo de la situación en todo momento y que al final acabes con un gran sentimiento de inferioridad es no huir. Si, aunque lo evites la discusión aparece, trata de defenderte, de mantener tu posición y tu punto de vista.

No es bueno que una parte de la pareja acabe siendo la dominante en este tipo de situaciones tan especiales porque si no la convivencia será mucho más complicada con el paso del tiempo. Lo mejor es reducir al mínimo las discusiones, pero si se presentan posiciónate y defiéndete.

Evita el público.

Cuando haya personas delante trata de evitar las discusiones. Discutir no es agradable y mucho menos si hay espectadores que no sabes cómo van a reaccionar. Contemplar que se posicionan de parte de tu pareja que, a tu criterio, es el culpable de todo puede ocasionar mucha más tensión, hacer que tu enfado crezca y que cuando se vaya todo sea mucho peor que antes.

Mantener las formas delante de invitados o amigos, aunque sea difícil es el mejor consejo. Si tu pareja hace algo que te molesta delante de ellos, mira hacia otro lado, piensa en otras cosas, distráete y deja que pase el tiempo, así evitarás discusiones.

No pidas lo que no puedes dar.

La situación es complicada y te gustaría que fuera de otra manera, pero eso no significa que tengamos que esperar que nos den algo que nosotras ya no somos capaces de dar. Hay que ser conscientes de la nueva realidad y por tanto no pedir nada que ya no es adecuado esperar.

Ten corazón.

Suena raro teniendo en cuenta que tu pareja puede irritarte con mucha facilidad, pero un punto que no debes olvidar para poder soportar este momento de tu vida es que en otro tiempo fuisteis una pareja feliz.

Recordar el principio de la relación, los motivos por lo que decidiste compartir tu vida con esa persona, cómo os sentíais al principio, lo bien que lo pasabais juntos puede ayudar a hacer las situaciones menos tensas, a que el día a día sea mucho más llevadero y que las discusiones se minimicen.

Las parejas son complicadas.

Convivir con otra persona es difícil y más difícil si el amor ya no está presente y todo lo que hace la otra persona te molesta. Si no puedes dejarle, hay que aprender a vivir en esta nueva situación.

Evitar las discusiones en la medida de lo posible, ser muy paciente y no sentirse mal son las claves para poder vivir en armonía cuando la pareja ya se ha roto, pero la convivencia es necesaria.

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