¿Y si no nos pudiéramos sacudir las responsabilidades tan fácilmente? Las relaciones ‘oficiales’ no son las únicas que tocan los sentimientos. Parece que da en el clavo esta carta de la periodista Holly Riordan, que traducimos a continuación:
Nunca tuviste una cita con ella, pero le rompiste el corazón igual
Nunca tuviste una cita con ella, pero le dijiste lo mucho que te gustaba. Allí donde la vieras, le decías cuán guapa estaba y, cuando hacía un tiempo que no la veías, le decías cuanto la extrañabas.
No tuviste una cita con ella, pero le escribías desde que te despertabas hasta que te ibas a dormir. La hiciste sentir querida con palabras, la hiciste sentir especial dándole pedazos de tu tiempo.
No tuviste una cita con ella, pero compartiste con ella tus secretos. Le dijiste cosas que nadie sabía de ti. La tratabas como si significara algo para ti. Como si en verdad te importara, como si la quisieras mantener en tu vida.
No tuviste una cita con ella, pero la acariciabas. La besabas. Dormiste con ella. La viste en sus instantes más vulnerables y la hiciste sentir segura.
No tuviste una cita con ella, pero le diste todos los motivos para pensar que algún día sí habría una cita. Le hiciste creer que solo era una cuestión de tiempo hasta que fuerais novios.
No tuviste una cita con ella, pero aún le haces daño. Y aún deberías asumir la responsabilidad por todo este tiempo.
No importa si eras su novio oficialmente o si rechazaste darle un título a la relación. Aún la hiciste creer en ti. Y le rompiste el corazón.
Así que cuando comiences a quedar con otra chica, no te comportes como si ella estuviera loca, o una pesada cualquiera o estuviera obsesionada. Cuando pregunte por qué has sido tan distante, no te la saques de encima con un “no eres mi novia”.
Técnicamente es cierto. Pero en cierta forma no lo es. Pues eso no responde a su pregunta ni a sus sentimientos. Tú la hiciste enamorarse de ti.
No, no tuviste una cita con ella, pero os implicasteis el uno con el otro. Creaste una conexión seria. Por eso merece una explicación. Merece un cierre emocional. Merece oír por qué decidiste marcharte, en vez de sentir que la soltaste de tu vida como si no hubiera significado nada.
Porque si lo haces, ella se va a cuestionar cada momento que compartió contigo. Va a echar la vista atrás y a reinterpretar todas vuestras conversaciones, tus miradas, tu lenguaje corporal.
Va a pensar que es una completa idiota por creer que le importaste. Va a asumir que lo simulaste todo.
Puedes pensar que no es tu responsabilidad responder a eso, porque no es tu novia y nunca lo fue. Pero la cuestión es que la trataste como si fuera tu novia.
No está loca por pensar que la traicionaste. No está loca por querer saber qué fue mal, por preguntarse por qué perdiste tu interés en ella y encontraste a alguien nuevo.
Si no te puede merecer a ti, merece saber.