No hace falta decir que no importa cuán grande sea la persona con la que te encuentres, nunca ascenderá a lo que se supone que es si no estás a tu máximo potencial para darle lo que merece. Si todavía estás con el corazón roto, nunca será posible que lo dejes entrar y no estarás listo para amar de nuevo. No importa cuáles sean las circunstancias, si todavía estás herido, todavía será el momento equivocado.
No es justo. ¿Cómo podría el universo poner a una persona en tu camino que genuinamente parece ser la persona perfecta para ti mientras no estás listo para eso?
Tal vez la conociste por una razón. Tal vez conociste a esta persona para que pudieras arrancar otra capa y poder mostrarle todas las cosas en las que todavía necesitas trabajar. Tal vez la única razón por la que fue colocada en tu camino era para que pudieras saber y entender qué cuestiones todavía tienes que trabajar.
Tal vez nunca sabrás por qué esta persona entró en tu vida cuando lo hizo. Tal vez fue para enseñarte, o tal vez fue para ayudarte a crecer. Quizás no se irá para siempre. Tal vez esto es sólo el comienzo del viaje que ustedes compartirán juntos.
Pero eso no quita el hecho de que te viste obligado a revivir tu último desamor y darte cuenta de que tal vez en realidad no estás del todo listo para seguir adelante.
Es entumecimiento. Te trae de vuelta al lugar donde no sabías cómo sentirte o entender tus emociones. Te deja confundido y preguntándote si eres tú el problema. Literalmente te hace preguntarte si alguna vez serás capaz de seguir adelante y tener una relación feliz de nuevo.
Te enojas. Te preguntas si eres el tóxico. Comienzas a culparte por dejar a escapar alguien bueno. Pasas innumerables horas reflexionando sobre por qué esto está sucediendo y cómo puedes cambiarlo.
Pero tan duro como esto es, es algo que necesitas aceptar.
Tienes que aceptar que el momento no está bien. A nadie se le permite establecer un calendario sobre su curación y cuánto tiempo le tomará superar su dolor. No estás equivocado por no estar listo. Eres humano. Eres un trabajo en progreso. Estás sanando, un día a la vez.