Basta, no sigamos con los cuentos: Si un hombre no te llama, es simplemente porque no quiere llamarte. Si no te invita a salir, es porque no quiere verte. Si te trata como si fueras un comino, es porque le importas un comino. Si te traiciona, es porque no te ama ni valora lo suficiente. Si te deja ir es porque no quiere estar contigo. Suena duro, durísimo, pero es la pura verdad.
Es una terrible verdad de aceptar, así como así. Pero la verdad eventualmente sanará tu corazón mucho más rápido que dejar que te lo rompan una y otra vez, hasta finalmente recuerdes lo que, muy en el fondo, siempre supiste.
Si él quisiera estar contigo, estaría contigo.
Si se llena la boca con excusas, es que lastimosamente, amiga, no tiene suficiente interés en ti: “Es que no estoy listo”, “es que tú eres la mujer de mi vida, pero…”, “es que ahora no es el momento.”, “es que no sé”, “es que tengo que organizar mi vida”, “es que sí, pero no”, es que, es que, ¡es que no quiere! asúmelo, afronta la realidad. Vivimos justificando a los hombres y siguiéndoles el juego de hacerse los confundidos y víctimas: “Pobrecito, sé que en el él me ama, pero entiendo su dura situación”.
Es más fácil darse cuenta de esta verdad, si él es un egoísta desconsiderado que sólo piensa en él mismo, o te usa en general, que te trata mal, que te aplasta sin consideración, etcétera. Pero es mucho más difícil de aceptar la verdad cuando es aparentemente un buen hombre y aun así sabes en el fondo, que es mejor dejarlo ir. Cuando te dice que eres una persona increíble pero simplemente no es el momento indicado. O cuando no se decide, parece confundido y no se da cuenta de que puede lastimarte. Si quisiera estar contigo, no tendría que decidirse en primer lugar. Te daría una respuesta desde el fondo de su corazón, más allá de las miles, de circunstancias de la vida que pueden ser obstáculos, para que la relación prospere, si se quiere, se puede.
Si él quisiera estar contigo, estaría contigo.
Tendemos a justificarlo todo con argumentos como: Necesita tiempo, o sólo necesita un poco de espacio, o es que le da un poco de miedo el compromiso y necesito hacerlo sentir mejor, o él construye barreras y es mi trabajo atravesarlas.
Por favor, no quieras vivir en la intranquilidad, con dudas que te carcomen y desprecio envuelto en explicaciones sin sentido. Recuerda que tú mereces, te mereces un hombre que sepa a quien tiene al frente, que te valore y se esfuerce cada día por ti. Deja ya de romperte por algo que probablemente no va a ser tan bueno como tú piensas y date la oportunidad de recibir todo lo que mereces con un hombre que si te quiera
Pero no importa si es un chico bueno pero confundido, o un patán, esto se trata sobre ti y sobre dejar ir.
Porque no importa cuál sea la situación, no importa qué tan bien te trata las veces que se digna a aparecer, o cuánto se divirtieron juntos o cuán bien se llevan, él no quiere estar contigo para construir algo serio, un proyecto de vida juntos. Y esa es la verdad.
Asumir y recordar esta verdad será tu salvavidas durante las próximas semanas o meses, no importa que no quieras aferrarte a ella, que no la quieras admitir. Esta certeza es la que hará que, eventualmente, hagas las paces con el fin de tu relación. Esa es la verdad y, por desagradable que sea, es la única cosa que te ayudará a seguir adelante.
En el momento de la verdad sentirás, que tu corazón está roto. Porque él definitivamente el no siente lo mismo que tú, o tal vez, no está tan seguro como tú lo estás. Y no puedes cambiarlo, y no puedes “repararte” a ti misma, y tampoco hiciste nada malo. Es sólo la verdad. Su corazón no tomó la decisión por su cerebro, porque su corazón está en un lugar diferente del tuyo. Y eso realmente duele. Y lo único que queda es aceptarlo. Y eso duele aún más. Pero, todo pasa, todo pasa.
Tal vez lo superes en algunas semanas, tal vez te lleve meses. Tal vez incluso más, te dolerá, algunos días serán horribles y algunos estarás bien. Y así muchas veces, hasta que finalmente un día te darás cuenta que estas perfectamente bien y lista para amar de nuevo.
Pero una de las ventajas es ésta: puedes dejar que tu corazón se rompa una vez, en lugar de que se rompa un millón de veces cuando tratas de convencerte de que se equivocó o de que tal vez sí te extraña o de que deberías llamarle. Ámate lo suficiente para ser dura contigo misma:
¡Si él quisiera estar contigo, estaría contigo! ¡Y sino,pues, él se lo pierde y a otra cosa mariposa, que es corta la vida!