Era una vez un negro que Dios le dio la gracia de tener un miembro muy pero muy grande, a todo lo que veía le entraba duro, ya sea animal, mujeres, hombres, cosas, lo que sea, todo le daba duro.
– El caso es que una vez llego el momento de que se murió, y fue a parar a las puertas del cielo al llegar San Pedro lo recibió:
– San Pedro: “El siguiente”
– Negro: “Yo sigo”
– San Pedro: “A ver, quien eres tu, deja ver el expediente, nooo, tu no entras aquí, se te acusa de violador, lo sentimos aquí no aceptamos este tipo de personas.”
– Negro :”Oiga San Pedro, deme una oportunidad por favoooorr, no sea malo.”
– San Pedro:” Lo siento, ya te dije que aquí para ti no hay lugar.”
– Y lo mandaron al infierno.
– Un mes después, San Pedro sintió una brisa muy fría, y se preguntaba que pasaba, se dio cuenta que esa brisa venia del infierno, entonces le pidió permiso a Jesús de bajar al infierno para ver que pasaba, Jesús le otorgó el permiso.
– Ya cuando bajó la brisa se estaba haciendo cada vez mas fría.
– Llegando se encontró al diablo, cubriéndose con sus manos y muriéndose de frió.
– San Pedro: “Pero, ¿qué pasa aquí?”
Diablo: “¿Cómo que que pasa? ¡Mendigo! ¿que no estas viendo?”
– San Pedro: “Pues si, ¿por qué hace tanto frió aquí?
– Diablo: “Todo esto es por tu culpa”
– San Pedro: “¿Mi culpa? ¿pero porque? ¿que fue lo que hice?”
– Diablo: “Que me mandaste al negro ese para acá”
– San Pedro: “Pues si, porque en el cielo no aceptamos a ese tipo de gente y lo mande para acá.”
– Diablo: “Si, pero desde que me enviaste a este mendigo negro para acá, NADIE se quiere agachar a poner la leña.”