Parece mentira, pero tú calidad de vida mejora drásticamente cuándo te rodeas de personas positivas, buenas, cariñosas y amables. A veces aferrarte hace más daño que soltarte. La tormenta que fue enviada para destruirte, es la misma que Dios usará para fortalecerte. Puedes permitirte gritar y llorar, lo que nunca puedes debes hacer es rendirte. Aún cuándo creemos que ya perdimos todo, siempre llegan personas que te ofrecen todo lo que creiste perder.

También le puede gustar...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *