El carácter de la persona se forma desde la infancia y si me preguntan: ¿es posible cambiarlo en la edad adulta? Pues, considero que es muy difícil cambiar el carácter de una persona. Muchas relaciones de pareja se han visto fortalecidas por el tipo de carácter del uno hacia el otro; pero, en otros casos, los resultados no siempre son iguales. He visto fracasos en parejas porque no han llegado a congeniar ni a tolerarse o peor aún a entenderse en la intimidad.

El mal carácter destruye todo. Y no importa si se justifica o cree tener razón para explotar lleno de ira, porque quien se enoja fácil puede hacer locuras y en el peor de los casos en ese descontrol: insulta, ofende o hasta llega a maltratar sin importar el amor. Después se calma, pide perdón… pero el daño ya está hecho. Y así, poco a poco, a ambos se les mueren las ganas de seguir queriendo.

Las causas del mal genio pueden ser diversas. Van desde problemas laborales, familiares o sociales y hasta por detalles como dormir mal. Cualquier situación incómoda y que no se comunica es propicia para que las malas caras abunden y los silencios se noten.

Sin embargo, muchas veces el mal carácter puede ser un síntoma de una depresión y hay que tenerlo en cuenta, porque esa señal es una alerta que indica que algo no anda bien, sobre todo en ellos a quienes se les hace más difícil comunicar sus sentimientos.

¿Cómo ser felices en pareja? Aprendan a reír juntos, sean amigos, cómplices, compinches y buenos amantes. Ambos deben protegerse, cuidarse, ser tolerantes y trabajar para sembrar la alegría en su familia.

Cuando en la relación de pareja se susciten estas situaciones es importante reconocer qué es lo que está ocurriendo y procurar controlar el nivel de estrés que lo provoca. Antes de explotar o reaccionar, respire profundamente, esto lo llenará de calma y serenidad.

Sí, creo que hay un formula efectiva para cuando uno se enoja y voy a compartirlo con ustedes: NO DIGA NADA. Cierre sus ojos y respire profundo, eso le ayuda a controlar la ansiedad de explotar. Si puede, aléjese unos minutos para calmar su ira.

Espere que el tiempo pase para hablar y cuando usted ya no sienta tanto enojo, regrese. Así, no lastima a otros ni su molestia hará que usted cometa alguna locura que todos lamenten, incluyéndole. Aprender a controlar estos momentos de tensión o furor, serán claves para la convivencia efectiva en pareja y el entorno social que le rodea.

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