Tu amor puede ser sin fecha de vencimiento y a prueba de todo!

Hoy les escribo sobre aprender a amar a la pareja. El amor es algo que debemos aprender; enamorarse, no. Ya dijimos en artículos pasados que enamorarse y amar son dos cosas distintas, muy distintas. Sin ánimo de ser fatalista les cuento que el enamoramiento es un proceso químico de locura que normalmente termina en promedio de unos tres años.

Comienza con pasión, un gran deseo de que esa persona de quien me enamoré sea todo para mí y un día se termina porque nadie puede vivir toda la vida con las emociones tan alborotadas.

Después, viene la calma, la necesidad de conocernos y estar juntos. Allí es donde aparece el amor. Me refiero al amor por decisión como una materia que todos podemos aprender. Culpar al otro de no saber amar es realmente cruel porque es profundizar las diferencias. Muchos pacientes en mis consultas quieren culpar a su pareja de no saber amar pero uno no puede culpar a alguien por eso cuando la verdad ambos no saben amar y más aún cuando no nos enseñaron a amar desde pequeños; lo que sí podrían hacer ambos es aprender a amar juntos; ser amigos, compinches y cómplices.

Amar es un ejercicio diario que no es complicado de aprender; pero, básicamente cada uno de nosotros, debe comenzar a desarrollar su habilidad de amar. Es decir, no exigirle a él o a ella que te ame sino comenzar a demostrar cómo es el amor. Poco a poco uno desarrolla esa habilidad cuando ama de verdad. Hay pocos ejemplos a seguir; pero, en el camino se va aprendiendo para no terminar en una relación aburrida en la que no exista otro remedio más que la separación o una vida de monotonía.

Muchos, créanme que muchos, son los casos en los que prefieren seguir al lado de alguien a quien ya no aman pero que la costumbre aun los une, el qué dirán, los hijos, las deudas… Pero siguen durmiendo juntos aunque ya no haya amor.

¡Eso no es sano, no es vida!

Amar cada día es una decisión de voluntad donde no hay sacrificio irracional. Sé lo que a mi pareja le gusta, qué quiere, qué le molesta. Desde el amor uno se aplica en dárselo y en cumplirle.

Por ejemplo, si es mujer, a ellas les gusta que su pareja le haga el amor todos los días, pero normalmente el hombre piensa que esto es en función a lo que pasa en la cama, se trata de lo que pasa mucho antes de la cama, la caricia, el abrazo, ayudar en la casa, ayudar con los niños o un abrazo profundo… Por eso es voluntad.

El que ama siempre está disponible para dar. La persona egoísta que no sabe amar, siempre está disponible para recibir. Y eso es lo que lamentablemente la sociedad nos ha enseñado, que el placer se resume a recibir sin disipación a dar. Cuando ambos lo entienden: todo tendrá sentido sin fecha de vencimiento. Eso es el amor, ojalá empieces a practicarlo.

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