Ponte un vestido bonito algo corto como para sentir la piel de tus muslos cuando poso los dedos en ella debajo de la mesa del bar donde nos vamos a echar unas chelas para ponernos románticos. Ponte la sonrisa de la luna que yo no dejaré que nadie te la quite. Quiero que me cuentes de tu último viaje, de eso que te gusta hacer pero que renunciaste porque no te creías muy buena, cuéntame de la belleza de las palabras y así decirte un poema erótico y sensual para que te muerdas toda la boca mientras te pierdes en el hechizo que improviso. Cuéntame de por qué no vamos a funcionar y dime tus miedos , aun así vamos a acabar uno encima del otro. Ponte un vestido bonito de esos que te despiertan la sensación de querer abusar de ti pervertidamente con la sutil inteligencia del humor. Ponte el vestido, yo te quiero poner graciosa, tierna, poeta, curiosa, caliente, en cuatro, contra la pared y toda contenta. Amarte a lo salvaje hasta que por la mañana tus vecinos sepan cómo me llamo
