Siempre me he preguntado porque existen mujeres que acaban con matrimonios, porque enredan entre su telaraña hombres de hogar con familia y destruyen corazones sin imaginar el fuerte daño que hacen.

He llegado a la conclusión que no son seres humanos son engendros que llegan, enredan y finalmente clavan sus colmillos y dejan su veneno en el cuerpo de hombres que quizás siempre fueron el ejemplo de una sociedad, de una familia y que sin darse cuenta fueron enredándose en un sinfín de placeres mundanos, dejando a un lado una mujer extraordinaria unos hijos maravillosos hijos para dedicarse a olvidar los momentos vividos al lado de un ser que realmente los amo.

Son animales extraños que solo exprimen hasta el último centavo de sus billeteras y les hacen creer que los aman. Se esconden detrás de una fachada de dulces golondrinas y blancas palomas, tiernas y dulces, cuando lo único que son; son seres demoníacos llenos de veneno y con todas las ganas de destrucción.

Cuando ni siquiera se aman así mismas, se revuelcan en un lodo de traición sin pensar en el daño que alcanzan lograr impartir en seres inocentes, son engendros vestidos de mujeres que nunca alcanzaran a ser damas y señoras porque la Z de zorras las llevan marcadas en su frente y son identificadas a donde van por esta gran señal.

Son hienas que no tienen ningún valor que simplemente van por el mundo comiendo las sobras que otras dejan a su paso, son aves carroñeras y les encanta ser platos de segunda mesa con tal de que les tiren migajas de amor cuando lo único que reciben son sobras de desprecio y lastima.

Este tipo de engendros que nunca estarán en extinción ya que siguen dando a luz pequeñas zarigüeyas que con el tiempo se convierten en hienas y están preparadas para actuar como lo hacen sus progenitoras, ya tienen la experiencia en sus genes, y lamentablemente siempre van a seguir llenando nuestro mundo, nuestra sociedad de su sucia presencia.

Hoy en día muy mal llamadas mozas, amantes, deberían señalarse como engendros destructores de hogares, considero que así se describen mejor. Y ahora se creen seres sujetos de derechos exigiendo que se les dé su lugar, y gritan a los cuatro vientos que valen mucho, que nos son zorras que solo son un instrumento de amor equivocado, que no son cínicas, por el contrario, el cinismo es el que ellas llevan guardado durante tantos años en su mente, tantas injurias y aguantar tanto dolor por la persona amada… en serio, que no tienen perdón de Dios.

Acaso se ha visto tanto descaro y disidencia en sus acciones y palabras, pero si, se merecen su lugar en burdeles de poca monta, porque se arrastran y son tan poca cosa que no se sienten capaces de salir solas al mundo a encontrar hombres que de verdad las valoren, sencillamente por una única razón…… no tienen valores, ni conocen de principios.

Escorias que se dedican a revolcarse en un motel barato de paso con hombres casados, con hogares bendecidos, a salir con ellos un fin de semana sin pensar en sus propios hijos con tal de satisfacerse y sentirse señoras cuando son el hazme reír de los que le rodean, ya que su rostro, su cuerpo y su esencia es la de una mujerzuela barata y sucia en busca de sobras.

Engendros vestidos de mujeres, escorias de la sociedad que dañan nuestro título de mujeres, de damas, de señoras, ya que nunca podrán acceder a estos títulos pues su marca la llevaran hasta la tumba y con suerte algún día entrarán al infierno en donde su marca reinara, y será aborrecida y aquellos que la rodean se sentirán asqueados de ver en una película su vida, llena de lujuria, y de traición.

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