Pedir a los adolescentes que no tomen bebidas alcohólicas, mientras uno como adulto sí toma, no sirve de nada. Su cerebro lo que entiende, es que quieres impedirles el derecho a ser “felices”, y no lo van a permitir, menos en la adolescencia.
Nuestra cultura tiene una gran confusión hoy en día, se confunde entre alegría y felicidad; sin duda el alcohol te da alegría, porque modifica tu estado de ánimo, es una droga, esa es su función; pero, está lejos de darte felicidad, por el contrario, la nubla.
Sin embargo, a ti y a mí, nos han entrenado para pensar que estar borracho es estar feliz; así que inventamos una infinidad de pasatiempos donde el alcohol es el actor principal y nosotros el secundario. Entregamos nuestra responsabilidad de ser felices, a una droga que da diversión pero a un alto precio.
Nos entretenemos en carnes asadas,eventos deportivos, bailes, vacaciones, cenas, reuniones, bodas, navidad, , cumpleaños, reencuentro, conciertos y cualquier otra reunión social, donde, el invitado que pone el ambiente, normalmente es el alcohol.
Nuestros hijos nos ven reír, cantar, bailar, platicar, abrazar, besar, disfrutar, amar, y una infinidad de actitudes que normalmente nunca mostramos; les hacemos creer que el alcohol es el motivador número uno para ser emocionalmente activo.
Decirles a los hijos por qué no tomar, no servirá de nada; el miedo a un accidente, pleito, ridículo, resaca y riesgos inminentes, bien valen la pena, por tener la oportunidad de ser felices.
El único camino es hacerlos comprender que esa alegría que piensan que da el alcohol es mentira, es falsa, y que no es necesario nada de eso para ser plenamente feliz, ni siquiera para estar alegre y divertirse. Esa es el único camino, pero, falta el único método, y ese es el ejemplo, tu ejemplo.
Nada duele más que un hijo, uno mismo puede soportar su perdición, pero, es muy duro soportar la de los seres que más amas. Es tu responsabilidad cambiar, y al mismo tiempo, cambiar los patrones de los que vienen. Nada es 100% efectivo, pero, al menos tendrás al conciencia tranquila.