Estamos ante una pareja que se ama, cuando él está pendiente de complacerla a ella y ella hace a un lado sus propios deseos para complacerlo a él. Así nace el círculo virtuoso de la felicidad compartida, donde cada uno resulta complacido sin pretenderlo.
La relación de pareja, feliz y duradera, es un estado emocional donde dos personas están unidas por el amor, la pasión, la intimidad y el compromiso. El amor se refiere a esa emoción sublime que necesita para su completitud el encuentro profundo, duradero y seguro con otro ser. Todos queremos mantenernos felices viviendo en pareja, por ello nos preguntamos: ¿Qué podemos hacer para lograrlo?
Los seres humanos necesitamos tener una pareja, alguien con quien compartir sueños, intereses y la vida misma. Queremos una pareja para sentirnos seguros y apreciados. Los cuentos infantiles nos condicionaron a pensar en ser felices para siempre, sin embargo, el porcentaje de divorcios ha crecido. También hay parejas que se mantienen juntas, pero viven desdichados en soledad compartida.
Las parejas a medida que se vuelven disfuncionales parecen resignadas a compartir la infelicidad, abrumadas de conflictos, afectadas por la rutina, desgastan su amor y se quedan atrapadas en un círculo vicioso de problemas y negatividad. Llegado a este punto, en vez de optar por el divorcio, ¿podemos reavivar el amor? ¿Podemos mantener una relación de pareja satisfactoria?
Entonces, ¿será posible encender la llama de nuevo?
Ante estos interrogantes muchas personas se mantienen incrédulas, consideran que no es posible mantener una relación de pareja feliz a lo largo de los años. Argumentan que después de un tiempo lo único que queda es el compromiso y la costumbre. ¿Podemos rescatar el “fueron felices para siempre”? Podemos construir la felicidad en pareja? La respuesta contundente es ¡sí podemos!
La relación de pareja y el amor que la une es igual que un bebé. Un pequeño que debe ser alimentado y cuidado cada día. Se reaviva el amor solo si ambos, como pareja, deciden hacer de la relación su prioridad. Un ejercicio de voluntad para que, además de permanecer juntos, logren lo más importante: mantenerse unidos en armonía y con bienestar.
La clave para continuar ese ‘felices por siempre’
Las parejas felices lo son porque han aprendido a hacer énfasis en lo positivo, aprecian al otro por sus fortalezas y toleran sus defectos porque saben que nadie es perfecto, salen airosos de los problemas porque perdonan y olvidan.
El secreto de la felicidad de una pareja no está en resolver los conflictos sino en gestionarlos para que no les afecten. Cada uno está dispuesto a ceder en pro de la armonía y el bienestar del otro. No compiten sino que comparten intereses y con el pasar del tiempo, igual que le ocurre al bebé, su relación crece, madura y evoluciona.
La relación de pareja se construye con voluntad y determinación de cuidar esos detalles que en el pasado nos enamoraron y que está en nosotros rescatarlos.
¿Cómo lograrlo? ¿Cómo podemos salvar una relación cuando ha caído en la rutina y el tedio? Recuerda que amar es un verbo. Se expresa con acciones, en conductas concretas que nosotros decidimos voluntariamente. Así que invitamos a practicar las siguientes acciones del verbo amar, que se escriben con C de construir.
7 acciones para reavivar tu amor en pareja
- Consentir: Mimar a tu pareja. Debes hacerle sentir que es especial y por tanto tu trato hacia él/ella es especial. Su comida favorita. Un detalle romántico. Un masaje en los pies que se extiende a otras partes del cuerpo.
- Complacer: Saber lo que le agrada, darle placer con lo que le gusta y desea. ¡Sorpréndele! Muchas parejas se renuevan y reinventan su capacidad de erotismo porque ambos deciden complacer en vez de buscar su placer.
- Comunicar: Estar en comunión con tu pareja. Hacerle saber que le amas. Rescatar la complicidad para contarse uno al otro lo que le gusta, lo que le sucede o sucedió. Comunicarse también con el lenguaje del cuerpo, de la mirada.
- Compartir: Busca intereses comunes, sueños, actividades que siempre han querido hacer y no lo han hecho. Hacer nuevas cosas y disfrutarlas juntos. Tomar clases de baile o canto, hacer una excursión, acampar, disfrazarse… ¡Salgan de la rutina!
- Contentar: Dar alegría a tu pareja. Reír juntos. Desdramatizar los problemas y adversidades. Las parejas que mejor se llevan son las que consiguen reír a pesar de los problemas. Las que conservan su buen humor y evitan amargarse. Revisa tu actitud. ¿Has contentado últimamente a tu pareja?
- Cultivar: Como ocurre con la siembra, una buena cosecha de romance y amor duradero depende del buen cultivo que hagamos. Preparar el terreno, cuidar de nosotros mismos, nuestra presencia y nuestro carácter, nuestra actitud hacia el otro para dar lo mejor de nosotros y prestar atención a lo positivo del otro. Es así como cosechamos una buena relación.
- Colaborar: Contribuir al éxito de tu pareja como si fuera tu propio éxito. Muestra disposición por apoyarle en todo lo que puedas. Ser pareja, implica ser un equipo. Las obligaciones les atañen a los dos. ¿Sabías que la suma de los esfuerzos de ambos es muy superior a los esfuerzos individuales?
Recuerda
Tener una buena y satisfactoria relación de pareja consiste en concentrarse en la búsqueda de las fortalezas y metas comunes. Nadie ha alcanzado la felicidad prestando atención y tratando de corregir las diferencias con el otro. Al contrario, ¡su bienestar va de la mano con la capacidad de ambos para celebrar las coincidencias! ¡Ánimo!