Puede que en los primeros años de su vida, el acercamiento de las niñas hacia sus madres esté más acentuado, pero diversos estudios psicológicos en torno a la conducta familiar, demuestran que a partir de los tres años, aproximadamente, las pequeñas comienzan a desarrollar un gran acercamiento con sus padres, llegando a cosechar con ellos una relación sumamente estrecha, que muy posiblemente comience a diluirse con la llegada de la adolescencia, cuando vuelve la empatía con la madre.

Esos años de infancia son cruciales en la relación de un padre con su pequeña, porque en ellos se depositan las bases de valores tan importantes como la autoestima y la autoconfianza.

Un hombre que ama a su esposa, inculca el amor en su hija

El padre se convierte, desde la infancia de su hija, en el mejor modelo a seguir en torno a la relación de pareja. El afecto que la niña es capaz de identificar entre sus padres, repercutirá luego en el modelo afectivo que ella querrá para su propia familia y cómo escogerá ser amada.

Interésate por sus inquietudes genuinamente

Es sumamente importante que tu hija se sienta incluida dentro de tus intereses. Para ella es crucial saber que puede compartir momentos y afinidades contigo, pero también debes mostrar inquietud por las cosas que a ella le gustan, esta sana convivencia será la base de futuras conversaciones sobre temas relevantes.

No subestimes el paso del tiempo

A todos los padres les ocurre que un día descubren que sus hijas se han convertido en mujeres y ni notan en qué instante de la vida ocurrió todo.

Es necesario desarrollar actividades juntos, que no solo fortalezcan la relación, sino que además creen lazos perdurables sobre los que reposará el compromiso y la confianza.

Destaca sus talentos

En una relación de padre e hija, es papá quien se convierte en el guía hacia el mundo exterior. Sobre esta relación recaen aspectos como el amor propio y la seguridad en sí misma, por eso, destaca sus talentos hasta en las cosas más simples: enséñala a jugar pelota y que puede hacerlo igual o mejor que cualquier niño.

Ocúpate de ella en cosas tan simples como bañarla

Papá es la primera influencia masculina en la intimidad de una niña, así que esta relación es la mejor referencia para saber cómo será su futura convivencia con los hombres una vez en la etapa adulta.

Acércate a ella con mucho afecto, respeto y admiración, reforzando también su feminidad y la aceptación de su belleza.

Cumple sus peticiones de vez en cuando

La imagen de severidad no tiene que ir de la mano con la figura paterna.

Aunque es importante enseñar a tu hija a luchar por lo que quiere, haciendo pequeños sacrificios y comprometiéndose desde la perseverancia y la responsabilidad, cumple algunos de sus deseos, como obsequiarle un cachorro, que refuerce sus obligaciones.

Baila con ella cada vez que puedas

Para los padres, no importa la edad que tengan, sus hijas siempre serán sus pequeñas princesas, así que no esperes a que llegue el día de su boda para hacer cosas tan simples como bailar con ella, incluso puedes ser tú el que la enseñe a disfrutar de esta actividad social.

Nunca dejes de admirar su belleza

La opinión de un padre con respecto a la apariencia de su hija es primordial, ya que ella se afirma con respecto a él.

Debes demostrarle a tu pequeña cuánto la admiras y de qué modo te enorgulleces, no solo de su belleza, también de sus talentos.

Enséñale a defenderse por sí misma

Papá es, durante una buena etapa de la niñez, el héroe de la casa.

Ella te admira y querrá imitarte en muchos aspectos, saca un sano provecho de esa inquietud y enséñale a hacer labores como aprender a cambiar una llanta, esto le inculcará autonomía y a no depender de nadie.

Valora su inteligencia en comparación con la de los varones

La psicóloga y consejera Marie Hartwell-Walker, autora de Tending The Family Heart, señala el importante rol que cumplen los padres en la educación y el desarrollo de sus niñas.

Refuerza en ella el valor de la inteligencia y hazle saber, desde su infancia, que es tan capaz intelectualmente, como cualquier niño.

No te avergüences de acompañarla en sus actividades

Si tu hija tiene inclinaciones por las actividades deportivas, asiste regularmente a sus prácticas o juegos, se sentirá más segura y necesitará de tu apoyo para enfrentar estos pequeños desafíos, incluso, si decide aprender natación, no te inhibas y acompáñala en la alberca.

No menosprecies sus cumpleaños

Cada año de su vida es importante. Una vez que se convierta en mujer y ya no esté contigo, echarás de menos esos momentos que no supiste aprovechar y querrás volver el tiempo atrás, recuerda que esto es imposible, así que no te pierdas uno solo de sus cumpleaños.

Dale consuelo en las noches de pesadilla

Cada padre es el principal protector de su hija, es por eso que acudirá a ti cada vez que sienta miedo e inseguridad.

En las noches de pesadilla no creas que dejarla sola en su cuarto es la mejor forma de enfrentarla con sus miedos, bríndale tu calor permitiéndole dormir en la cama de sus padres.

Aconséjala, conviértete en su apoyo

Una investigación realizada por la Universidad de Michigan demuestra que los padres que preguntan y escuchan las respuestas de sus hijas, tienen la capacidad de desarrollar una mejor comunicación con ellas.

Aprovecha esta dinámica para aportarle consejos y ratificarle que te interesas por sus problemas.

Construye recuerdos y experiencias perdurables

Los obsequios se desgastan y desaparecen con el tiempo, una relación que se construye sobre la base de vivencias y experiencias, es, a su vez, un afecto que perdurará de por vida.

Los padres necesitan dar lo mejor de sí y mantener su palabra para alimentar la confianza y la sensación de protección en sus hijas.

Nunca le cierres las puertas

Una buena comunicación le hará saber a tu hija que siempre estarás en la capacidad de ponerte en su lugar, de comprenderla, a pesar de sus errores y desaciertos.

No trates de solucionar los problemas subestimando sus preocupaciones u ofreciendo soluciones simples, la empatía es crucial.

Saca el mayor provecho a su niñez

Cuando se acerque la adolescencia, tu hija cambiará su relación contigo, en buena parte por pudor y cierto recelo, propio de su aproximación a la adultez.

Aunque se muestre distante, mantente allí para ella, porque seguirá necesitándote aunque no te lo diga.

No pierdas los detalles

Obsequiar cosas simbólicas como una carta o una tarjeta en la que plasmes un mensaje de corazón, nunca podrá ser sustituído por el más costoso de los regalos.

Este tipo de detalles, un poco más íntimos y emotivos, servirán para fortalecer sus lazos emocionales.

Hazle saber que confías en ella

Nunca debes olvidar, como padre, que tu hija no está tan segura de sí misma como aparenta, así que ante una situación tensa, no insistas demasiado en que tú tienes la razón y ella es la que está errada, confía en su criterio, aunque no te parezca el más acertado, pues ella, en gran medida, ya tiene dudas sobre sus decisiones.

No olvides que en cualquier momento se enamorará

Uno de los trances más duros en la relación padre e hija es el instante en el que la niña de la casa se encuentra enamorada.

Para cuando este momento llegue, vela porque con tu ejemplo la hayas ayudado a saber qué clase de hombre quiere a su lado, cómo quiere ser tratada y amada. Prepárate para este duelo con suficiente anticipación.

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